El actual
narco-régimen que intenta gobernarnos, ha colocado a la sociedad venezolana en
una situación de degradación en el cual las leyes que ellos pregonan, nos
perjudican vilmente y no aportan ningún bien al venezolano de a pie; en el cual
nos venden un país de mil maravillas, pero lo que encontramos es pobreza,
miseria e inseguridad por granel; en el cual los poderes públicos no tiene un
ápice de equilibrio que permita niveles de libertad económica, política o
social; en el cual todo aquel que no pertenezca a su círculo de influencias y
de mafias organizadas, simplemente es desechado y tildado de apátrida; en el
cual políticos y militares corruptos llevan la dirección de todos los negocios
del Estado, mientras el pueblo cada día ve y siente como sus ingresos valen
menos producto de las pésimas políticas económicas; en fin, una verdadera
cúpula podrida a la que sólo le interesa mantener el poder por el Poder.
Venezuela se
encuentra en una situación de devastación en la cual urge de forma imperiosa
hacer todos los esfuerzos que estén a nuestro alcance para sacar del poder
todos los bastiones que sostienen al narco-régimen. Y eso está en marcha; el
pueblo se está y nos estamos organizando; y más temprano que tarde lo
demostraremos.
Desde 1999 se ha
instaurado una República que se alzó a través de personeros que le supieron
vender a la mayoría de los venezolanos un ideal de desarrollo y progreso que
acabaría con los vicios cometidos en períodos anteriores. Muchos factores se
encontraron en una sola figura para la llegada al poder de un grupo que siempre
fue una oposición menguada y utópica, pero que una vez instaurado su poder, se
transformó en revanchismo político y ceguera a la hora de medianamente llevar
las riendas del país.
Fue un suceso
inexplicable que hoy en día estamos pagando TODOS los venezolanos y no la clase
que ellos intentan eliminar de la faz de la tierra. Fue y es la llegada de la
oscuridad guiada por el fanatismo y el culto a la personalidad. Hoy, Venezuela
es testigo fiel del derramamiento de sangre que emana de sus hijos y que cada
día de nuestra existencia sigue siendo un sacrificio obligado que los hombres y
mujeres de bien le entregan a un narco-régimen que tiene sus bases en el
malandraje y los militares que no tienen respeto por la población civil.
Esto que ellos
llaman revolución, nos ha arrebatado el tesoro nacional, nos ha cortado
paulatinamente el derecho a la información, nos ha encarcelado en nuestras
casas, nos ha vejado a niveles de tener que mendigar por comida, y sobre todo,
nos ha quitado la LIBERTAD.
Es cierto que hoy
afrontamos una dictadura que ha sabido controlar de una u otra forma el estilo
de vida del venezolano. Pero también ha nacido un movimiento que
silenciosamente ha socavado y sigue socavando las bases de su existencia. El
país está dando síntomas que quizás para muchos no sea suficiente en esta hora
menguada, pero para nosotros es el momento decisivo de reasumir nuestra
independencia y la libertad de nuestras voluntades.
No sabemos cuál
será el resultado que deparará la política del país, pero algo si tenemos
claro: Se ha abierto una nueva fase en la cual los sacrificios y esfuerzos
marcarán el nacimiento de la nueva Venezuela.
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