Desde que tomaron
el poder en el año 1999, mucho ha sido el camino que Venezuela ha transitado
bajo la rienda -y la bota- del actual régimen: victorias políticas y
electorales, admiración y lamentablemente, culto hacia un personaje que supo
leer y explotar la frustración y necesidad de una mayoría de nuestra población.
Pero de igual manera, ha sido el desastre, la sangre derramada, el despilfarro
y una larga lista que nos ha llevado a lo que actualmente sufrimos: una
dictadura signada por el narcotráfico y las mafias burocráticas.
Sus personeros se
creyeron y continúan creyendo, ser indispensables para liderar al país; ser los
únicos conductores “capacitados” para afrontar el desastre en el cual ellos
mismos nos han sumido. Pero ha llegado la hora en la cual el pueblo les está
diciendo: ¡BASTA! Sus atropellos, las cicatrices que nos siguen abriendo cada
día de nuestra existencia deben terminar definitivamente.
El venezolano ha
resistido y seguirá resistiendo la defensa de sus negocios por el poder; la
falta de alternabilidad que ustedes nos han impuesto con leyes, poderes y
fraudes de todo tipo con el solo propósito de mantener el narco-régimen que
ustedes usan para pregonar su “revolución”.
Ustedes desde el
poder nos han robado el progreso social, el sistema alternativo que toda nación
urge para su salud política; han sembrado toda una gama de controles producto
de su incapacidad y de su consciente manera de aplacar y doblegar a la gran
mayoría de venezolanos que no estamos de acuerdo con su ridícula obsesión de
mantenerse en el poder cueste lo que cueste.
Gracias a ustedes,
ha nacido una corriente que sigue creciendo cada día, la cual se ha dado cuenta
que los vicios del pasado aún se mantienen en cada uno de ustedes, así como la
camarilla de amigos que mantienen en la mal llamada “oposición”. Esas dos
corrientes que todos ustedes representan pasarán a la Historia como la mayor
plasta que ha parido nuestra Nación.
Poco a poco, la
resistencia los ha ido desnudando a nivel nacional e internacional. A unos por
ser el fiel reflejo de las neo-dictaduras; a los otros por pensar en sus
intereses personales y partidistas, en vez de representar el verdadero cambio
que exige y necesita Venezuela.
Ese movimiento tiene su origen en la sed de
justicia y de una dirección política que depure de raíz el fracaso al cual nos
han llevado. Nos hemos procurado
conseguirlo y así será. La lucha es y será bajo circunstancias muy
difíciles, pero nos quedará la satisfacción que desalojaremos al final de este
camino a todos aquellos que destruyeron la nación y a los que validaron esa
destrucción.
Su tiempo está
llegando al final…
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